Recibir una crítica puede doler. Es incómodo, inesperado, y a veces nos toca justo en las fibras más sensibles del ego. Pero ¿y si te dijera que detrás de esa incomodidad hay una oportunidad de oro para crecer?
En el camino del desarrollo personal y profesional, la crítica –cuando viene con intención constructiva– puede convertirse en uno de los mayores regalos que recibimos. No siempre es fácil reconocerlo en el momento, pero con práctica y apertura, aprender a recibir feedback puede marcar una gran diferencia en cómo lideramos, trabajamos, y nos relacionamos con los demás.
En el coaching, vemos la retroalimentación como un espejo: nos devuelve una imagen que muchas veces no vemos por nosotros mismos. No se trata de una sentencia, ni de un juicio personal, sino de una invitación a mirar con más conciencia lo que hacemos y cómo lo hacemos.
🌱 Aquí van algunos pasos para abrazar la crítica sin romperse por dentro:
- Respira antes de reaccionar.
La crítica puede activar emociones intensas. Tomarte un momento antes de responder te permite salir del modo defensa y entrar en modo escucha. - Cambia la perspectiva.
No es un ataque, es información. A veces valiosa, a veces mal entregada, pero sigue siendo una oportunidad para mirar desde otro ángulo. - Escucha sin interrumpir.
Aunque no estés de acuerdo, escuchar hasta el final te permite entender mejor el mensaje y la intención detrás. - Pregunta con curiosidad.
Un simple “¿podés darme un ejemplo?” puede transformar un comentario general en una herramienta clara de mejora. - Evalúa la fuente.
¿Quién te da el feedback? ¿Es alguien que te conoce, que desea verte crecer, o simplemente está proyectando? No todo feedback pesa igual. - Agradece, incluso si no lo compartís.
Mostrar apertura genera respeto y madurez emocional. Agradecer no significa que estés de acuerdo, sino que estás dispuesto a reflexionar. - Separa tu valor de tu desempeño.
Lo que haces no define quién sos. La crítica apunta a tus procesos, no a tu esencia. No te confundas.
💎 En coaching decimos: todo feedback es una joya.
Incluso el que duele. Porque trae luz. Porque despierta. Porque muestra caminos. Y porque te permite evolucionar con más verdad.
Recibir crítica no significa que estás fallando, significa que estás aprendiendo. Y eso, en sí mismo, ya es un acto de valentía.