El feedback, en su forma tradicional, como señala Fred Kofman, a menudo es percibido como una crítica o juicio, generando estrés y bloqueos emocionales que dificultan el aprendizaje. Para superar este reto, es clave desarrollar un enfoque más consciente que transforme la retroalimentación en una herramienta de crecimiento y mejora colaborativa.
¿Qué es el feedback consciente?
El feedback consciente no busca imponer juicios, sino abrir un diálogo constructivo donde ambas partes colaboren para identificar áreas de mejora y proponer soluciones. Esto incluye:
- Prepararse adecuadamente: Antes de cualquier conversación, asegúrate de clarificar tus objetivos y recopilar ejemplos concretos que respalden tus observaciones.
- Usar un lenguaje colaborativo: En lugar de frases imperativas, utiliza expresiones abiertas que inviten al diálogo, como “¿Qué te parece si…?” o “¿Cómo podríamos resolver esto juntos?”.
- Fomentar la empatía y la escucha: Dale espacio a la otra persona para expresar su perspectiva, validando su punto de vista mientras trabajas en soluciones conjuntas.
Del feedback al feedforward
Un enfoque aún más efectivo es centrar la conversación en el futuro, explorando cómo las personas pueden aplicar lo aprendido para mejorar y alcanzar objetivos compartidos. Este método ayuda a reducir la resistencia y aumenta la motivación, ya que se enfoca en lo que se puede construir, en lugar de lo que se hizo mal.
Estrategias prácticas para líderes
- Identificar fortalezas y áreas de oportunidad: En cada conversación, comienza destacando aspectos positivos antes de proponer ajustes o cambios.
- Conectar observaciones con objetivos comunes: Relaciona tus comentarios con metas claras que beneficien tanto a la persona como al equipo.
- Promover el compromiso mutuo: Formula preguntas que inviten a la otra persona a participar activamente en la búsqueda de soluciones.
Beneficios del feedback consciente
Al adoptar un enfoque consciente, las conversaciones dejan de ser fuente de estrés para convertirse en herramientas poderosas que refuerzan la confianza, mejoran la colaboración y motivan a los equipos. Más que corregir errores, este tipo de feedback crea un ambiente de aprendizaje continuo y relaciones laborales más saludables.
¿Listo para implementar esta transformación en tu equipo? Comienza por crear espacios de diálogo donde cada conversación sea una oportunidad para crecer juntos.