¿Cuántas veces dijiste “sí” cuando todo tu cuerpo quería decir “no”? Yo muchas veces.
Esta costumbre tan común nace del miedo al rechazo, al conflicto o al juicio. Pero cada vez que nos forzamos a aceptar algo que no queremos, nos alejamos un poco de nuestro equilibrio interno.
Decir “no” es un acto de autocuidado. Reconocer nuestras prioridades, ser claros con nuestras respuestas y practicar una comunicación directa pero empática son claves para establecer límites sanos. En coaching, enseñamos que poner límites es respetarse a uno mismo y también a los demás: solo desde la honestidad podemos generar relaciones sostenibles.
No necesitas ser brusco, solo auténtico. Di “Gracias por pensarlo, pero no puedo comprometerme en este momento”. O simplemente: “Prefiero enfocarme en mis prioridades actuales”. Cuanto más lo practicas, más natural se vuelve. Y lo más importante: más en paz estás contigo mismo.
✨ Si este articulo resonó contigo, quizás sea el momento de empezar a priorizarte. A veces, el primer “no” que necesitamos decir… es a lo que nos aleja de nuestra paz.
¿Te animás a trabajar juntos? Estoy aquí para acompañarte. 🌿💬